La única diferencia entre un DEA y un DESA es que en el segundo caso el operador debe apretar el botón de descarga cuando lo indique el aparato, mientras que en el primero, el proceso es completamente automático. Aunque la gran mayoría de los desfibriladores de este tipo que existen el mercado son semiautomatizados, suele hablarse de DEA genéricamente, agrupándolos a todos.
Su funcionamiento es altamente intuitivo, su fiabilidad es mayor que la del médico más experto, y su seguridad es máxima. Por todo ello, un DEA puede ser utilizado por cualquier persona, incluso sin entrenamiento previo
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