La precocidad en la desfibrilación es un elemento clave en la posibilidad de supervivencia. La desfibrilación tiene tantas más posibilidades de tener éxito cuanto menor sea el tiempo en aplicarla. Si se administra la descarga durante el primer minuto de fibrilación ventricular, la probabilidad de supervivencia es del 90%. Por cada minuto que transcurre sin aplicarse la descarga, la probabilidad de supervivencia disminuye un 10-15%. A los 10 minutos de mantenerse en fibrilación ventricular sin haber hecho nada, es muy poco probable que una persona sobreviva.
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