La cardioprotección es el conjunto de medidas a tomar para que su entorno sea seguro ante la posibilidad de que suceda una muerte súbita.
Lo primero que debemos tener bien claro es que si no actuamos, una persona morirá. Está en nuestras manos poder salvar una vida. Una gran parte de las muertes súbitas tiene solución si se actúa ordenada y diligentemente.
La misión del primer actuante es saber reconocer la parada cardiorrespiratoria, dar la alarma llamando al 112, conseguir rápidamente un Desfibrilador Externo Automatizado (DEA) e iniciar inmediatamente las maniobras de Resucitación Cardiopulmonar (RCP).
La Cadena de la Vida explica de forma gráfica la secuencia de acciones a realizar. Todas estas sencillas acciones se aprenden en detalle en los cursos de Soporte Vital Básico.
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